Fomentando las oportunidades de educación para solicitantes de asilo en el sur de Belice

En Belice, 10 jóvenes solicitantes de asilo tuvieron la oportunidad de ampliar sus estudios en una institución técnico-profesional.

El sonido de la alarma despierta a Joe de un salto.  Son las 4:00 de la mañana y el solicitante de asilo de 20 años se levanta para prepararse para la escuela. Camina durante veinte minutos por un tranquilo camino de tierra, agradecido por la oportunidad de experimentar la paz en su nueva comunidad. Cuando llega a la parada del autobús, sus compañeros están esperando el autobus que los llevarán al Instituto de Educación y Formación Técnica y Profesional (ITVET) de Stann Creek. Es un viaje de dos horas y media cada día, pero es un sacrificio que hacen con gusto.

Joe es uno de los 10 jóvenes solicitantes de asilo que han tenido la oportunidad de volver a estudiar luego de que vieran interrumpidos sus estudios cuando se vieron repentinamente obligados a huir de sus hogares por la violencia.

«No podíamos quedarnos allí porque era totalmente inseguro», recuerda Joe. «Cuando llega una amenaza así, lo único que sigue es la muerte. Es algo grave. No es fácil. Estaba en mi último año de instituto y no pude terminar porque simplemente no podíamos sobrevivir más en ese lugar.»

Selena*, una solicitante de asilo de 17 años procedente de Honduras, no pudo terminar el colegio tras sobrevivir a un violento asalto a su casa por parte de miembros de una banda, que se resultó en el asesinato de su hermano. Tras este hecho, tanto ella como los demás miembros de su familia recibieron numerosas amenazas de muerte y huyeron a Belice en busca de seguridad.

«Me siento muy feliz de haber podido volver a la escuela», dice Selena. «No pensé que podría seguir estudiando hasta que recibí esta oportunidad, y estoy muy agradecida por ello».

 

Después de un año de superar los retos del aprendizaje en un nuevo sistema escolar y en un idioma desconocido, los estudiantes se gradúan con un diploma técnico que equivale a un título de secundaria. 

«Para mí, esta debería ser una oportunidad que todos los solicitantes de asilo puedan recibir para tener un futuro mejor y poder encontrar un buen trabajo», dice Selena.

Cerca de la mitad de los niños refugiados del mundo -el 48%- no están escolarizados. El ACNUR en Belice, junto con el Gobierno y los socios locales, trabaja para garantizar que la educación sea accesible para todos los niños, niñas y jóvenes, incluidos los solicitantes de asilo.

*Todos los nombres han sido cambiados para proteger la confidencialidad de los estudiantes solicitantes de asilo.